El hidrógeno verde podría ser otra solución a la crisis del cambio climático.
En la búsqueda de la sostenibilidad energética total, el uso de hidrógeno ha sido un ingrediente clave. Sin embargo, se necesita energía para obtener el elemento más abundante del universo. Si la energía necesaria para separar el hidrógeno de otros elementos y sustancias con el fin de utilizarlo es energía sostenible o verde, el producto final es hidrógeno verde. Las energías renovables, como la solar, la eólica y la hidráulica, son la base para conseguir un nuevo modelo energético con menos emisiones contaminantes. “Pero tienen un inconveniente importante: son intermitentes y fluctúan, por lo que es imprescindible acumularlas durante los excedentes de producción para poder usarlas de forma controlada”, indica la investigadora María Retuerto, del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC.
El hidrógeno ofrece una solución. El hidrógeno no es una fuente de energía, sino un vector energético, es decir, es un medio que permite almacenar energía que ha sido producida por fuentes primarias de energía y liberarla cuando y donde se demande. Puede obtenerse a partir de cualquier tipo de energía primaria y si esta energía es renovable, entonces el hidrógeno producido será igualmente renovable. La clave de su sostenibilidad radica en el modo en que se haya producido el hidrógeno. Si se produce a partir de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural), genera emisiones contaminantes (parte del CO2 producido se puede capturar y almacenar para reducir su impacto); pero si se genera a partir de fuentes renovables (solar, eólica, hidráulica), da lugar al denominado hidrógeno verde, es decir, limpio.
El hidrógeno verde podría ser un factor importante para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la acumulación de carbono en la atmósfera y se puede utilizar en un conjunto cada vez mayor de industrias y productos. Algunos expertos creen que esta nueva tecnología penetrará en una amplia gama de sectores, incluidos el transporte, la producción de alimentos, la fabricación, el uso de energía en el hogar y más. El hidrógeno se puede utilizar como elemento básico en la producción de productos químicos como fertilizantes, refinación de combustibles y plásticos. También se puede utilizar como fuente de calor para plantas industriales que producen acero y otros metales pesados y cemento. En la industria del transporte, algunos expertos creen que el hidrógeno algún día podría usarse como un combustible alternativo por completo. El hidrógeno ya se está utilizando en plantas de picos de electricidad.
La conclusión es que el hidrógeno es un elemento vital esencial, pero no se puede utilizar como fuente de energía hasta que se separa de las moléculas de agua mediante electricidad. La clave es encontrar formas de usar electricidad renovable para este proceso y conseguir un hidrógeno cien por cien sostenible. “El hidrógeno verde es una tecnología muy prometedora que puede contribuir a reducir las emisiones contaminantes de los sectores energéticos y del transporte pesado” augura Retuerto. “Es un elemento clave del conjunto de tecnologías bajas en carbono que puede ayudar a descarbonizar el actual sistema energético, pero también requiere más investigación básica para explorar todo su potencial y permite perspectivas de crecimiento económico”.
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